Zaqueo, baja


miscosasdehoyydeayer@blogspot.com

En principio, no pensaba ir a la Palabra, porque la cuidadora no podía quedarse con los niños.
Pensaba que iría José Manuel. Pero él estaba cansado. Así que fui yo.

¡Qué regalo tan tremendo!
¡Salí conmocionada!


"Zaqueo, baja pronto.
Conviene que hoy entre en tu casa".


Fue una catequesis espectacular. Espectacular, por lo que me tocó.

Ayer descubrí que esa soledad tan enorme que yo he tenido tantos años,

no es otra cosa que el no ver la obra de Dios en mi vida.

La raíz de mi soledad es el pecado.


El "pecado", esta palabra tabú,

no es otra cosa que el rompimiento de mi ser interno.

El resquebrajamiento de la armonía interior. La ruptura de los lazos de amor

entre Creador y creatura.


Tantas veces me he visto incapaz de querer a nadie, de amar,

de preocuparme por esa o aquella persona...

Ahora sé cuál es la raíz de toda esa frialdad. De toda esa despreocupación.

De toda esa inhumanidad, que me ha hecho sufrir tanto.

El germen de toda mi soledad es el pecado. La muerte óntica.


Es por esto que cuando estoy en gracia puedo amar sin barreras,

puedo entregar plenamente mi tiempo, mis fuerzas, mi alegría.


Porque en soledad, sufres. Y mucho.

El pecado no hace feliz a nadie. En todo caso, hay pecados que

pueden darte una satisfacción momentánea.


Pero después queda el lodazal en el espíritu.

Y yo creo que todas las personas tenemos experiencia de esto.


"Zaqueo, baja pronto.
Conviene que hoy entre en tu casa".



Zaqueo, era un jefecillo de publicanos, rico, y de "pequeña estatura".

La "estatura" hace referencia al calibre humano y espiritual

de esa persona. Zaqueo era un pecador.


Ese Zaqueo, zarandeado por la vida y por las debilidades, soy yo.

Ese pobre, que se subió a un sicomoro, para ver pasar a Cristo, soy yo.

Que también me he subido a un árbol (la Iglesia) para verle pasar.


Ayer el catequista nos animaba a que bajemos ya del árbol,

ya tenemos experiencia de que está vivo y resucitado. Ya le hemos visto.


Al catequista le conozco bien. Le aprecio. Le admiro.

Me parece una persona auténtica que ha buscado a Jesucristo

con todas sus fuerzas, y le ha encontrado.

Me parece que, realmente, es uno de los escogidos por el Señor.

Y eso que a él no le duelen prendas, a la hora de reconocer sus miserias.


Sin embargo, precisamente esto es lo que marca la diferencia.

Si repaso a quienes escoge Dios para darle a conocer, observo que

siempre ha elegido lo peorcito.


David... un adúltero y un asesino. Sin embargo, Dios dice de él:

"Éste es un hombre, según mi corazón". ¿Por qué?

Porque no tapó su delito, sino que lo admitió y se arrepintió.

Francisco de Asís, un vividor, que despilfarraba el dinero de su padre en juergas ...

san Agustín, un licencioso, que estuvo cohabitando con una mujer

de la que tuvo un hijo... Lo que sufrió santa Mónica por él.

Podría seguir, y seguir.

Por todo esto, ayer me cuestionaba seriamente cómo soy yo.

De qué me tengo que convertir. Me da miedo... por lo que pueda encontrar.

El catequista nos decía:

"Ábrele tu casa. Déjale entrar. Reconócete débil y pequeño.

Repasa tu vida. A quién hiciste daño... ¿de qué te tiene que curar el Señor?".


Realmente a mí me cuesta muchísimo reconocerme pecadora.


Estoy repasando, con quietud, a ratos.

Espero que el Señor me ayude a ver lo que hay dentro de mí cuando él no está.


Una cosa es clara: Cuando no tengo a Dios en mi vida.

Cuando no veo su amor por ninguna parte.

Cuando vivo en esa soledad interna que me mata,

y mata todo cuanto toco.

Entonces, enseguida me doy cuenta

de que estoy muerta por dentro.


Es entonces cuando el pecado habita en mí.


"Baja. Conviene que hoy entre en tu casa"


-Bájate ya de ahí. Ya me has visto. Déjame entrar y sanarte.

Señor, dame humildad para reconocerme débil y necesitada de Ti,

porque sólo entonces comprenderé las atrocidades de los demás.

No les juzgaré. Como tú no me juzgaste.

Señor, que no me escandalice de mí misma.

Te pido que cures mi ceguera.

Tú has clavado mis debilidades en tu cruz. ¿De qué tengo miedo?

Que pueda reconocer mi pobreza.

Porque tú viniste a por lo que estaba perdido.

Y si yo me creo perfecta...

¿A qué has venido?, ¿De qué me has liberado?


Señor, ayúdame a caminar por la senda de la verdad.

Post relacionados: Mamá no te mueras

Comentarios

  1. En el camino de la fe necesitamos que nos lleven colmo al paralítico ante Jesús para curarnos. Eso son los catequistas. Que Dios bendiga sus trabajos con nuestra obediencia.
    La paz

    ResponderEliminar
  2. Hola Vicky, qué preciosa enseñanza la de Zaqueo verdad?. El Señor siempre tan desconcertante.

    Yo también soy lo peor y también me ha elegido y sólo con decir: Si, Señor, entra en mi casa, me sana cada día.

    Qué bueno es!... nos tenemos que enamorar cada día más y más de El con su Espíritu Santo.

    Un beso linda. Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Q BloG + CHuLi ViCToRiA!


    TeNgo q BuCeAR + eN éL

    1 besín:D

    ResponderEliminar
  4. Muy buena reflexion y muy bien escrita. ¿Porque dices que no pensabas ir a la Palabra? ¿Que es ? ¿catequesis?. Perdona que pregunte. Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Perdona Mª Jesús, pero cuando escribo a veces se me olvida que la Iglesia tiene muchas formas de acercarnos a Cristo. Cuando hablo de ir "a la Palabra", me refiero a ir a la celebración de la Palabra. Mi marido y yo estamos en el Camino Neocatecumenal, y tenemos todas las semanas una celebración con lecturas, ecos a esas lecturas, catequesis... etc. Un abrazo.
    Juanlu, por tu forma de hablar, me da que tú sabes a lo que me refiero, ¿no?

    Guerrera, hay que decirle "Señor, entra en mi casa", sí...

    Soy más pequeño, gracias por visitarme. Ojalá yo también sea cada vez más pequeña. Pero la vanidad la tengo ahí, tan a flor de piel...
    Besos a todos.

    ResponderEliminar
  6. La enseñanaza de Zaqueo es maravillosa,y más aún en los tormentosos días que nos tocan vivir en esta España nuestra.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Querida Victoria, me ha encantado y estoy de acuerdo, a veces elige lo peorcito, así me sentí yo hoy por eso el post que hice, pero te prometo que el tuyo lo acabo de leer y me ha encantado.No hablé de Zaqueo, pero si del sentimiento de pobreza. Te mnando un abrazo, amiga de ruta! Gloria

    ResponderEliminar
  8. Es increíble como la Palabra se dirige a cada uno de nosotros personalmente.Hace años me planteaba que era cierto lo que tantos decían del absurdo de la abstinencia; abrí la Biblia y me encontré con la figura de Naamán el Sirio, me entró un escalofrío, era yo.
    Gracias por esta palabra Victoria.
    Un beso
    María Jesús

    ResponderEliminar
  9. Qué tierno y fuerte a la vez el mensaje que nos das!. Que nos da Dios!. A mí siempre me gustó esa forma directa y alegre del Señor de llamarnos, como a Zaqueo. Es muy cercana, anda venga, baja ya, y que sepas que hoy te veo, como (pues es así) si le -nos- conociese de toda la vida. Como dice Guerrera, es desconcertante, muy amigable, muy tierno, magnífico. ¡qué grande es El y qué pequeños nosotros!. Dan ganas, aun sabiendo que no son sólo ganas, de decirle más a menudo, ¡te quiero, amor mío!, y aunque parezca cursi, pues eres mi amigo del alma. Supongo que habéis disfrutado en la catequesis. Yo estuve en la catedral de Bucarest llena con católicos entregados rezando el via crucis antes de la liturgia, y fue impresionante.

    ResponderEliminar
  10. Siento que Dios me llama todos los dias a conversión, porque todos los dias me muestra su amor con algun acontecimiento, es increible como desde que entre en este camino veo que en todas las cosas esta la mano de Dios y Dios mio! como me resisto a veces a entrar en su voluntad...que tonta soy! si El lo unico que me quiere dar es la vida y encima en abundancia, gracias Señor porque me tienes tanta paciencia y misericordia.

    ResponderEliminar
  11. muy buen blog!

    yo tambien soy catecumeno... la verdad es una catequesis hermosa...

    ResponderEliminar
  12. Estoy preparando una monicion para la convivencia de transmisión y me vino muy bien leerte

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario, nos enriquece a todos

Entradas populares de este blog

Una rara avis

La conversión de Narciso Yepes