Por qué creo en Ti




Esta tarde me preguntaba a mí misma porqué creo que Dios existe...
A veces conviene hacerse esta pregunta, para no ir por la vida como una zombi.
Y veo señales tan evidentes de que Dios no es una entelequia,
que no me resisto a hacer aquí un memorial del amor y la paciencia
que el Señor ha tenido conmigo.

Primero, creo que Tú existes porque todo lo has hecho hermoso.
Tu creación es una maravilla.
Empezando por la naturaleza, y terminando por el hombre.
Todo es complejo, y a la vez lógico.
Es curioso ver cómo cada cosa, por pequeña que sea,
tiene su lógica interna, su orden...

Segundo, creo en Ti, porque creo en el Amor.
Creo que hemos sido creados para amar, y esa necesidad Alguien
la ha puesto en nosotros.
Y es un amor que trasciende incluso la muerte.
El amor no acaba nunca.
Por eso creo que Tú lo trasciendes todo, lo abarcas todo, lo engendras todo.
El amor no muere nunca. Y es un signo evidente de que Tú existes.

Tercero, creo que eres Padre porque me has cuidado
desde que nací hasta el día de hoy.

Al principio, te conocía de oídas, después te han visto mis ojos.

Me diste una familia cristiana que me inició en esto de la fe.
No me ahorraste sufrimientos,
pero éstos me han hecho madurar. Y buscarte.

Me he sentido muy amada y querida por ti en la oración.
En esa intimidad que tu regalas a los que te buscan con corazón sincero.

Yo te necesitaba tanto, que irrumpiste en mi vida como un torrente.
También como una brisa.

-Pero Dios no estaba en el viento...
pero Dios no estaba en el fuego...
pero Dios no estaba en la tormenta...
Elías se tapó la cara cuando notó que Dios estaba en la brisa suave...

Verdaderamente eres grande. Y eres Señor.


Respetas tanto la intimidad de las personas, su libertad, que podemos frustar

el diseño de amor que tienes para cada uno de nosotros.

Y lo respetas. Respetas hasta el mal que nos infligimos unos a otros.

Pero pacientemente esperas. Esperas al hijo pródigo.

Qué grande eres, Señor.

Me has ayudado a conocerme a mí misma.

Tantos años viviendo en una soledad tremenda, y ahora me doy cuenta de lo
alienada que estaba.

A veces, estamos tan a gusto en Egipto, comiendo cebolla y ajos. Que no queremos
salir de ahí. Que nos da miedo andar hacia la tierra prometida.

Tú me has puesto en marcha. Me has mostrado cómo soy. Todas mis debilidades.

Mi vanidad. Mi soberbia. Mi envidia (Cómo he envidiado a otras personas, porque querían "quitarme" el cariño de esa o aquella persona, y cómo las he despreciado, rechazado en mi interior). Mi egoísmo. Mi falta de amor hacia los demás... Mi lujuria. Mi falta de fe. Mi ira...

He visto el mal que habita en mí, cuando tú no estas conmigo.

He visto lo ligada que estoy a los afectos.

Cómo busco que me quieran... tú me has liberado de esta esclavitud.

Y me has dado la oportunidad de amar a las personas, buscando su verdadero yo,
dejando a un lado las apariencias... como tú quieres que nos amemos.
Por lo que somos. Hijos tuyos.


Señor, y dador de Vida.

Cómo has sido un Padre bueno conmigo y con mis hijos.
Cómo les has regalado la vida a cada uno de ellos.
Cómo los has cuidado, incluso sin yo saberlo.

Nueve hijos que son nueve dones.

Si nos ponemos "científicos", sólo tendría que haber nacido el mayor.
Los demás, tendrían que haber muerto o tener alguna tara...
dado que José Manuel y yo tenemos RHs incompatibles.
Y yo nunca -por desconocimiento- me he puesto la "vacuna" que evitaría el rechazo
al bebé engendrado.

Pero tú has estado ahí. Cuidando sus vidas.

Porque son hijos tuyos, Señor y dador de vida.

Creo que todo lo haces bien.
Creo que me has dado una familia numerosa para que salga de mí misma.
Para que no me acomode. Para que no me busque a mí misma,
para que no me instale en mi egoísmo y en mi pereza.

Creo que me has dado una familia numerosa para que disfrute del amor
y ahuyente la soledad.

Creo que me amas tanto,
que ni yo misma me doy cuenta de ello.

Comentarios

  1. Te he venido a ver Victoria, un abrazo y que Dios esté contigo.
    Tus palabras me han llegado al corazón, hay mucho de lo que soy en ellas, seguramente siempre será una lucha (la peor es con uno mismo) y estoy de acuerdo tus mayores bendiciones on tus hijos, el Señor por algún motivo no quiso que yo tuviera hijos en forma biológica, pero mis dos hijos adoptados son mi tesoro y daría tranquila mi vida por ellos, igual que tú.Cada día le agradezco a Dios la bendición que son y que sería de mí si no lostuviera.
    Te agradezco hoy este momento, te mando besoss y que Dios te bendiga amiga y hermana en la fe. Gloria

    ResponderEliminar
  2. Y creo que todo se puede resumir en que Dios cree en el hombre.

    Muchas gracias por tu testimonio.

    Saludos a toda la familia.

    ResponderEliminar
  3. Qué amor y qué paciencia tiene Dios en nuestras vidas. No le hacemos ni caso. Pero cuando se ve el pasado con fe, sabemos que a pesar de todo, El nos ama con infinita locura. ¡Locos!. Y nos volvemos locos, locos de amor por El. Dejemos de una vez por todas la cordura, el egoismo y la pereza. El cansancio, la autocomplacencia, el miedo, la verguenza, que no sea para pecar, el apego al yo, a los bienes ridículos del mundo, al quedar bien, etc. Es el momento. Ya, aquí y ahora!. Nunc coepi!. ¡¡¡Ahora recomienzo de nuevo!!!

    ResponderEliminar
  4. Por qué creo...Me ha gustado mucho tu entrada, yo no sabría exponer por qué creo. Para mí fue como el que se da la vuelta y se encuentra que ahí, detrás de el, estaba la Verdad que había desistido de encontrar, que realmente nunca había buscado. Así, de narices, con el mismísimo Creador. Es una experiencia o la vives o es imposible entender.
    Un beso
    María Jesús

    ResponderEliminar
  5. Creo en Dios xq él me llamó para ser hermano de su Hijo.

    1 besín :D

    ResponderEliminar
  6. Supongo que no hay una explicación lógica para creer.

    Se cree o no.

    Besos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario, nos enriquece a todos

Entradas populares de este blog

Una rara avis

La conversión de Narciso Yepes